En su homilía del día, el P. Javier comparó a la “Nueva Ley” de Jesús como las márgenes de un río que lo encausan. Si el río se desmadra viene la muerte, la destrucción. La Ley tiene que ser iluminación y guía del camino a seguir, dijo, no una carga, un peso como ocurría con los preceptos y normas de los escribas y fariseos en la época de Jesús, que en nombre de Dios imponían normas a cumplir que