sábado, 14 de septiembre de 2013

Situación sentimental: Los dedos son mi novio, y el cuchillo mi amante

La chica que, para los que no la conocían, era segura, alegre, confiada, no tenía vergüenza, para los que la conocían realmente era muy insegura, desconfiada de todos e incluso de ella misma, tenía muchos miedos, miedo al rechazo, miedo a que no la aceptaran, miedo a hacer el ridículo. Y es que así era realmente. Aparentaba lo que no era, y eso le iba muy bien. Hasta que alguien quería ser su amigo. Esa persona descubría que tenía muchos problemas. Que era muy insegura. Y se acababan cansando, porque con ella, las cosas divertidas no existían. Ella no quería hacer las cosas que le gustaban por miedo a que se rieran de ella. Acabó destrozada. Por dentro y por fuera. Desahogaba todas sus penas y sus problemas con un cuchillo en la muñeca izquierda. Y se tapaba los cortes con una muñequera o con pulseras. Pero esa chica tenía más problemas. También tenía un problema con la comida. No le gustaba comer, no le gustaba engordar. No comía, y cuando sus padres le obligaban, ella vomitaba. Al principio le costó, pero acabó  vomitando. Y se sentía feliz. Sin vomitar y sin cortarse no habría podido seguir adelante. Aunque también le provocó grandes problemas. Ahora esa chica está ingresada por bulimia e intento de suicidarse tomándose sesenta pastillas. Aguantó hasta la pastilla sesenta. Después se desplomó. Porque los dedos y el cuchillo le habían servido de mucho, hasta el día que ni cortarse ni vomitar era suficiente. Quería más. Y, por ese "más", casi acabó con su vida.