jueves, 28 de noviembre de 2013

Welcome to reality

Abatida, se encerró en el baño, y lloró; lloró como nunca lo había hecho. "¿Por qué es tan difícil...?" pensó. En ese momento, recibió un mensaje de WhatsApp de su psicólogo. 
"¿Te va bien pasarte en media hora? Me has demostrado que eres más frágil de lo que todo el mundo piensa, y eso, aunque no lo creas, es un punto a favor."
Ella, destrozada, se vistió, arregló, se volvió a maquillar, sonrió y salió de casa. En la consulta estaba el psicólogo que la había ayudado a no suicidarse. Le dijo que se sentara, y le tendió un espejo.
-Mírate. Mira esos hermosos ojos azules. Mira ese pelo rubio como el oro. Mira esa nariz chata, y esos labios tan carnosos, perfectos. ¿Por qué te cuesta tanto quererte? Mira esa barriga completamente plana, esos brazos huesudos, y esas costillas y clavícula tan marcada. La bulimia, por culpa de la ansiedad, te está destrozando. Me dijiste que no vomitabas por estar más delgada, sino porque la ansiedad hacía que comieras muchísimo y luego vomitabas involuntariamente, ¿cierto?
-Sí.
-Si intentamos controlar la depresión, se controlará la ansiedad, con ello la bulimia involuntaria, y también los cortes. Cada día te cortas más, cielo. Esto no está bien. Lo que te voy a proponer es muy sencillo, ¿vale?
-Ajá. 
-Te vamos a ingresar en el hospital, en la planta de psiquiatría, pero tranquila, allí te seguiré tratando yo, y no te podrá ver nadie, sólo una enfermera que te asignaremos, la mejor de toda la planta. No te darán ninguna medicación extra, ni controlarán lo que comes, ni si te cortas, nada. Te puedes llevar hasta la cuchilla, aunque yo seguiré mirándote los brazos una vez a la semana, y como no hayan disminuido tus cortes te trataremos como una enferma. Te estoy dando mucha libertad, más de la que te dejarían allí. Pero tienes que prometerme que vas a mejorar.
-Vale.
-¿Quieres algo más?
-QUIERO SER FELIZ.