Algún día me voy a internar
cuando lo haga develare al mundo
ese secreto que me ha consumido.
Una mentira de mi vida o la vida
consumida en mi mentira.
El mundo sabrá a quien ame,
con pasión desmesurada.
Ese amor que se volvió una espada
que desangra poco a poco la razón,
morir no es un castigo,
es mas bien un consuelo del destino…
Que el ángel de la muerte,
llegue sin aviso,
que me arrebate la vida
y con ella los recuerdos,
que de un certero golpe
me arrebate la razón
y mutile los sentidos…
Algún día me sumergiré
en la absoluta soledad,
ahí donde ella me dejo.
Aun costado del camino,
enterró mi corazón…
Yo he sufrido la más cruel
de las dolencias,
locura juiciosa
que me ha dado vida.
Sin embargo
mi demencia lujuriosa,
en mil placeres se desborda,
no soporta el corazón
la presión de tanto amor…
