martes, 8 de abril de 2014

Recuérdala.

Recuérdala. Recuérdala cuando no puedas dormir, cuando tengas una pesadilla, cuando tengas hambre, cuando estés aburrido, o cuando simplemente te dé por pensar. Recuérdala cuando eches de menos sus labios, sus abrazos, sus "te quiero", sus miradas, sus sonrisas. Recuérdala cuando pienses en las veces que derramó una lágrima y tú estabas ahí para ella.  Recuérdala como un pájaro libre, como un ángel, como un tesoro con alas. Recuérdala cuando quieras y como quieras, pero recuérdala.