A mí nunca se me va a olvidar una historia que leí de la Guerra Civil Española donde un republicano estaba muriéndose y le pidió a dos soldados nacionalistas que pasaban por ahí: -¡Un sacerdote, por favor! ¡Un sacerdote! Uno de los soldados le gritó: -¡Púdrete en el infierno! Pero el otro soldado, compadecido, buscó un sacerdote y se lo llevó.
Cuando el moribundo vio al cura le preguntó con