domingo, 6 de septiembre de 2009

El error como posibilidad de conocimiento.

Se ha dicho que de los errores también se aprende. Y si nos detenemos un poco a reflexionar sobre este postulado se nos hará difícil creer que este mecanismo opere sin equívocos.
En ocasiones he expresado que estoy adelantando un proyecto y que soy consciente de esta acción por los errores que decubro en el camino, es decir, yerro, por lo tanto estoy haciendo algo.
Ahora, se necesita humildad para aceptar que se cometen errores en un proceso. La altivez que a veces se acuna en nuestro ego no nos deja muchas veces compartir las dificultades o carencias y llegamos a creer que por el simple hecho de estar haciendo algo, ya tenemos la verdad en la mano, una verdad elevada a la categoría de dogma.
Estas reflexiones las traigo a este espacio como producto de escuchar a un estudiante de la Universidad de Pamplona que adelanta su proyecto de Trabajo Social en la Sede, en el área de Educación Física.
Sucedió que por estos días iniciaba el montaje de una danza con los estudiantes de los niveles segundo y tercero.
En algún momento de su práctica, la profesora titular de los mencionados cursos le observa que la música que está utilizando para la cumbia, corresponde a una guabina.
El estudiante, más que sorprendido (como correspondería a la situación), cercano a la irritación,  responde que él sabe lo que está haciendo y que esa acción está respaldada por lo que le enseñaron en la Universidad.
Lejos estuvo de aceptar el error que le señalaba la profesora. Lejos estará de perfilarse como un profesional de la educación si no comprende con humildad que de los errores se aprende. Los errores se hicieron para cometerlos, pero también para corregirlos y de esa experiencia engrandecedora sacar el mejor provecho.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Influencia.

Hoy faltó a clase por motivo de enfermedad (por lo menos esa razón llegó a través de la abuela de la niña) M*.
Durante los últimos días he observado la promoción de desorden y de indisciplina por parte de esta estudiante del nivel cuarto.
Son muchas las situaciones que comprometen a esta niña, hiperactiva, con la interrupción constante de la acvtividad académica o la desatención y falta de concentración, no sólo de ella sino del resto del grupo.
Sin embargo, durante las tres horas de encuentro de Números para la vid@, la atmósfera de trabajo hoy fue diferente.
Los niños y las niñas estaban atentos y concentrados en los juegos desarrollados con las Regletas de Cuisenaire, y reproducían en gráficos los arreglos  formados, cuyo objetivo es la composición y descomposición de los números, al tiempo que iniciarlos en las actividades de cálculo.
Hubo participación, trabajo ordenado y disciplinado y niños que en otras ocasiones aparecían pasivos y poco participativos, intervinieron con respuestas acertadas.
Para observar con detenimiento: Influencia de M* en el bajo rendimiento del nivel cuarto.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Hábitos.

Definido como "modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas", el hábito es una manera que expresa un conjunto de conocimientos y de maneras de interactuar, bien o mal; de ahí que se hable de buenos o malos hábitos.
He observado en mis estudiantes algunas actuaciones que por lo repetitivo pudiera denominarlas como hábitos, pero que lamentablemente para el caso que me ocupa, no son las mejores.
Así, por ejemplo, la forma de sentarse en el comedor o en el aula de clase, la manera de saludar o responder a un saludo, observación o requerimiento, y cada uno de los aparentemente insignificantes actos cotidianos: la presentación de una solicitud o reclamo, la manifestación de incomodidad ante algo o alguien, la acción posterior al recibir algo, y podría seguir enunciando acciones diarias.
Una de las conclusiones a las que se pudiera llegar es que en los hogares el buen  ejemplo escacea y por el contrario las muestras que contradicen los buenos hábitos se hacen frecuentes y cotidianas. 
Así, no es extremo decir que lo que hace la escuela se desdibuja en los hogares. 
Tarea: Comprometer a los padres y demás familiares con el asumir actitudes que deriven en buenos modales y hábitos de convivencia pacífica.  

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Versos en medio del estío

Cercano el equinoccio de otoño en esta región tropical, de montañas azulecidas, guarecidas en las tardes por las nubes caprichosas y oscuras, la actividad sigue... continúa con sus altibajos, apenas naturales.
Mis estudiantes están escribiendo fábulas, poesías y ensayos. Algunas pruebas mías  como muestras quedaron en el tablero blanco y brillante del aula. Renuncié voluntariamente a quedarme con copia de esos experimentos. Ah, tal vez con la excepción de una estrofa.
Hoy estuve en la emisora 94.9 Radio Universidad de Pamplona. Allí un antiguo discípulo de medios es el encargado de la producción y de alguna manera le ha dado identidad a este espacio tan necesario para la Ciudad de la Neblina.
Llevé los dos temas compuestos hace tres años y grabados el anterior. Es compartir con los oyentes estas obras y sentir que es posible la difusión de ideas necias.
También buscaba algunos temas para montar con mis estudiantes dos o tres canciones del folclor colombiano.
Y de pronto llegó a los estudios una de las jóvenes productoras de la emisora quien requería al amigo para que procedieran a grabar algunos textos para ambientar la programación de este mes de amor y amistad.
Le ofrecí un poema de mi autoría y al buscar en mis textos podría decir que es más desamor que amor el que he encontrado. Entonces, arriesgué este ejercicio:

Me hablas en el lenguaje de la mañana
y en cada sílaba de luz percibo el pálpito
que desde su secreto me anuncia primavera.

…Vendrán las flores con su encendido sentimiento para este refugiado del invierno.

Serás entonces mi estación y la sustancia de mi sueño.

martes, 1 de septiembre de 2009

Es posible.

Faltando apenas un acudiente y con la presencia de los restantes y los estudiantes nos reunimos a primera hora del día, aspirando encontrar alguna respuesta al extravío del cuaderno de Red de Escritores de Claudia.
Hice de manera rápida una presentación del caso, antecediendo ésto con una referencia al comportamiento del niño Johan Esteven Martínez, de once años e hijo de uno de los militares secuestrados hace más de diez años.
En todas las apariciones a través de los medios, el pequeño,  sobreponiéndose al dolor que debe significar la circunstancia traumática que vive desde su nacimiento, ha expresado sentimientos nobles y deseos de superación, al tiempo que le ha dado fortaleza a su padre en el cautiverio a través de mensajes diseñados desde la madurez aprendida en las condiciones difíciles, cercanas a la tragedia, pero ha mostrado su valor ante la opinión nacional e internacional al asumir acciones como la caminata recientemente emprendida para pedir la liberación de su padre.
Johan ha continuado estudiando; percibo que mezcla las actividades propias de la academia con las que debió asumir sin estar preparado ni maduro para buscar en medio de una jungla de inhumanidad a su padre.
¿A qué viene la historia de este niño nariñense? Fácil: mis estudiantes, aunque viven situaciones difíciles, nunca podrían compararlas con las que convive este colombiano, ejemplo de templanza, autoestima y amor.
Entonces, ¿qué está sucediendo al interior de los hogares de Monteadentro? ¿Por qué los niños y niñas, por lo menos los que cursan cuarto o quinto nivel, presentan actuaciones que hablan de deslealtad, deshonestidad, mentira, baja autoestima, falta de compañerismo y bastante agresividad consigo mismo y con los demás?
Desde ese marco se dialogó sobre el tema que convocó. Expresaron sus ideas los estudiantes, los padres de familia y al final del encuentro quedó la vaga sensación que el incidente hubiera formado parte de un sueño.
Repartí cuadernos e invité a niños, niñas y padres de familia a sensibilizarnos frente a asumir verdades por incómodas que llegaran a resultar.
Sólo así, estaremos contribuyendo a formar ciudadanos de bien. Por lo menos es mi creeencia y convicción.

lunes, 31 de agosto de 2009

El cuaderno no está.

Luego de un receso de cuatro días debido: Asamblea del Magisterio, participación en el I Festival de la Danza Folclórica Campesina y el fin de semana, este lunes, último de agosto un estudiante de Quinto Nivel me dijo:
-Mi cuaderno de Red de Escritores no está-
Efectivamente el cuaderno había sido observado el miércoles y junto a dos más quedó sobre el escritorio del maestro para que sus dueños los retiraran luego del encuentro de Jugueteatrando.
Resumiendo la historia, se dialogó con los estudiantes, se les permitió dialogar a ellos, sin acompñamiento del maestro, y al final de la mañana, antes de pasar al almuerzo, la niña de quinto, reiteró, con preocupación y tristeza:
-Profe, mi cuaderno no está.
Conclusión: el cuaderno se extravió entre las manos de los niños y niñas de los niveles cuarto y quinto.
Ha resultado difícil encontrar sinceridad en la mayoría de ellos. No están acostumbrados a decir la verdad.
Algo pasó. Es una muestra de que en los hogares las cosas no funcionan como lo diseñamos en la escuela, los valores se están desvaneciendo, y en este compromiso la escuela está quedando sola. Lo que se hace en la escuela se pierde en la casa.
Mañana vendrán los padres de familia.
Alguien dijo:
-Amanecerá y veremos.

Educación en la primera infancia

Resultó bastante curioso encontrarme con una nota publicada en el periódico El Tiempo del domingo 30 de agosto, escrita por el Luis Alberto Moreno, Presidente del BID.
En el escrito el colombiano hace un repaso sobre la necesidad que tienen países como los latinoamericanos de que sus administraciones inviertan responsablemente en la educación de sus niños y niñas, preferiblemente antes o hasta los tres años, porque sería la forma más segura de garantizar un nivel de desarrollo para que cuando estos infantes lleguen a la escuela estén en capacidad de iniciar su proceso de aprendizaje.
Resalta Moreno que es en los tres primeros años que el cerecbro se configura en el ser humano o por lo menos la mayoría de sus potencialidades y funciones y que de no atender a esta urgente y básica necesidad los niños de mañana tendrán notables dificultades al llegar a la escuela, sobrevivir en ella y transitar por el Bachillerato y posteriormente en la educación superior.
Seguramente, esto no es desconocido para la mayoría de personas que han tenido la oportunidad de culminar la educación media y menos para una persona que como el ilustre colombiano ocupó altos cargos en administraciones de nuestro país y ahora se desvela detrás de la presidencia del BID.
Lo curioso, o por lo menos para mí, es que  si se revisara la historia y sus estadísticas en las actuaciones de personajes como Moreno, se llegaría fácilmente a la conclusión que desde sus altos cargos hicieron todo lo contrario a lo que muestran en sus acicaladas columnas de seudocomentaristas.
Es más, ¿qué está haciendo por Latinoamérica este personaje?