domingo, 6 de marzo de 2011

Tiempo de Cuaresma

El miércoles 9 de marzo comienza este Tiempo fuerte de la Iglesia, camino a vivir la más grande prueba de amor manifestado nunca antes en la historia de la humanidad: Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.






Gracias Monseñor...

Monseñor Mario Luis Bautista Maulión
Nació en Carcarañá, provincia de Santa Fe,el 4 de diciembre de 1934; fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1960; elegido obispo titular de Febiana y auxiliar de Rosario el 21 de marzo de 1986; recibió la ordenación episcopal el 23 de mayo de 1986; trasladado como obispo de San Nicolás de los Arroyos el 8 de mayo de 1995; tomó posesión de esa sede el 9 de

Monseñor Juan Alberto Puiggari

Mañana lunes 07 de marzo asume como Arzobispo de la Diócesis de Paraná Monseñor Juan Alberto Puiggari, en reemplazo de Monseñor Mario Luis Bautista Maulión que renunciara a su cargo por haber cumplido con la edad máxima estipulada por el Derecho Canónico.

Monseñor Juan Alberto Puiggari nació en la ciudad de Buenos Aires el 21 de noviembre de 1949, hijo del abogado Juan Alberto Puiggari y de la

Homilía del Domingo 06 de Marzo de 2011

“La Ley del Evangelio es una ley que libera, que nos muestra todo lo bueno que podemos realizar. Es una ley que nos da un camino seguro de felicidad y alegría en el cumplimiento de los Mandamientos, obediencia a la Palabra de Dios.” Comenzó diciendo el P. Sergio en su homilía correspondiente al Domingo 9º Durante el Año, último de la primera parte de este Tiempo Litúrgico, ya que el próximo

Pan de patatas con manzana

Con este pan participo en el reto que organizan velocidad cuchara.com dedicado a la manzana con el patrocinio de Emile Henry.

Ingredientes


250 gramos de patatas
1 cúbito de levadura fresca o (2 cucharillas de levadura seca activa )
450 gramos de harina multiusos y un poquito mas para la superficie de amasar
1 c. c. de sal marina
1 c.c. de aceite de oliva virgen extra

Ingredientes para cubrir el pan


4 manzanas cortadas en ocho y sin pepitas
1 taza de azúcar moreno ( utilice fructosa )
3 cucharadas de mantequilla fría, sin sal cortada en trocitos
1/2 taza de nata para montar mezclada con media taza orujo
1 buena taza de nueces


Se hierven las patatas en agua salada hasta que queden tiernas. Se escurren y se reserva 1 taza del agua en que se han hervido. Se dejan enfriar el agua y las patatas: después se pelan estas y se hacen puré.

Se ablanda la levadura en una taza de agua en que se han cocido las patatas, que ha de estar tibia, durante 20 minutos. En un bol grande, se mezclan la harina, las patatas y la sal. Se añade la levadura y la otra taza de agua de cocer las patatas y se revuelve para formar una masa.


Se vuelca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y se amasa hasta que adquiera una textura blanda, lisa y elástica,mas o menos al cabo de ocho minutos. Si la masa parece demasiado húmeda, conviene añadir un poco de mas harina, en pequeñas cantidades y no mas de 1/2 taza. Se pone la masa en un bol limpio y aceitado, se cubre con film plástico transparente y un paño de cocina y se deja reposar hasta que duplique su tamaño; aproximadamente una hora.


Se unta de mantequilla un molde para tartas redondo o cuadrado de uno 23 cm. y se cubre con la masa. Se distribuyen sobre ella presionando las manzanas y por encima las nueces con el lado cortado hacia arriba y se espolvorea con el azúcar y la mantequilla. Se vierte por encima la mezcla de nata y orujo y se cocina al horno a 200º durante 20 0 25 minutos hasta que el pan se dore, y la nata, el azúcar formen una costra dorada.




sábado, 5 de marzo de 2011

Me tiraron al piso sin aviso,
y por un largo tiempo no pude levantarme,
se arrepientieron como potrillos,
entonces, preferí visitarlos en las callesitas
y sacarme la sortija, de vez en cuando.
Dejaron en mí un remolino extraño;
imposible reemplazarlo, con experimentos raros.
Aprendimos juntos a vivir separados.





Por lo general repito los mismos errores, quedando muchas veces herido de muerte.
Los paseos nocturnos, y las risas construidas por el ingenio de la vida; el humo del cigarrillo que es mi mejor aliado, las luces de la calle que baja por mi espalda, el asfalto es frío despues de la lluvia, las muchas lluvias caminantes de la mañana, pasajeras y frías. Como olvidar a la reina madre de las poesías catastroficas, como la confianza misma del saber asesinar a las avejas, puedo palabrear..puedo prometer...puedo mirarme en el espejo y decirme cuanto me desespera mi mirada, porque ni a mi mismo puedo mirarme los ojos.....
me gustaria escribirte cuantas veces más, me gustaría reirme cuantas veces más, me gustaría dibujar un pelo sin peros, y un dividendo ignorado...y la verdad no quiero seguir escribiendo.....pero quiero seguir soñando....

AÑO INTERNACIONAL DE LA QUIMICA

2011, Año Internacional de la Química… Verde (Contra el síndrome de “no sirve de nada”)

Se advierte a menudo, con razón, contra el conocido síndrome de “la rana hervida” (o del “no pasa nada”), que nos hace permanecer insensibles ante aparentes “pequeños cambios”… que se van acumulando hasta crear una grave situación de colapso irreversible si no reaccionamos a tiempo. La lucha contra el cambio climático y, más en general, contra la actual situación de emergencia planetaria, tiene en este síndrome uno de sus peores obstáculos; resulta por ello necesario insistir una y otra vez contra la pasividad que genera.

Se habla mucho menos, sin embargo, de otro síndrome de sentido opuesto, pero de efectos igualmente negativos. Podríamos denominarlo el síndrome de “no sirve de nada” o, peor aún, “no se puede hacer nada”. Es un sentimiento que nos asalta cada vez que frente a los graves problemas que afectan a la humanidad, nuestras acciones, nuestros esfuerzos, no dan el resultado buscado. Nos movilizamos en 2009, por ejemplo, para presionar a los líderes políticos con objeto de que alcanzaran en Copenhague el necesario acuerdo justo y vinculante de reducción de gases de efecto invernadero y el resultado fue decepcionante. No es extraño que muchos exclamaran amargamente “no se puede hacer nada”. Y los pequeños avances, como los logrados en Cancún el año siguiente, están tan lejos de lo necesario, nuevamente afirmamos “no sirve para nada”.

¿Es realmente así? ¿No estará ocurriendo como en el caso del síndrome de la rana hervida, pero al revés? ¿Acaso no fue con un trabajo insistente, inasequible a los “no sirve de nada” que generaban los reiterados fracasos, como se logró finalmente la prohibición de los freones que destruían la capa de ozono? Cabe sospechar que estamos infravalorando los “pequeños” avances en vez de seguir insistiendo hasta lograr el necesario efecto acumulativo.

Tanto el pensar que aquí “no pasa nada”, como creer que la situación está tan mal que “no se puede hacer nada”, conducen a la pasividad y nos pueden condenar al colapso socioambiental. Ambos síndromes han de ser combatidos. Pero, ¿qué tiene esto que ver con el Año Internacional de la Química? Algo de historia, es decir, algo de perspectiva, nos ayudará a comprenderlo.

El año 2005 se puso en marcha la Década de la Educación por un futuro sostenible y fue también el Año Internacional de la Física (AIF), coincidiendo con el primer centenario del llamado "Annus Mirabilis” en que Albert Einstein publicó varios trabajos que han influido profundamente en la física moderna. El objetivo fundamental de dicho AIF fue “acercar la ciencia a la sociedad y motivar a los jóvenes para poder construir la próxima generación de científicos”. Ni en su convocatoria ni en su desarrollo se hacía referencia alguna a la Década o a los problemas socioambientales y a la necesidad y posibilidad de la contribución de la Física a su solución.

Ahora, seis años después, la convocatoria del Año Internacional de la Química (AIQ), coincidiendo con el centenario del Premio Nobel otorgado a Marie Curie por sus aportes a la Química, presenta unas características muy diferentes. Ya no es solo cuestión de “incrementar la apreciación pública de la Química como herramienta fundamental para satisfacer las necesidades de la sociedad, promover el interés por la química entre los jóvenes, y generar entusiasmo por el futuro creativo de la química”. La conmemoración pretende “enfatizar la contribución de la química a la sostenibilidad”, es decir, “a la resolución de los problemas globales y esenciales de la humanidad, como el cambio climático, la alimentación, el agua, la salud, la energía o el transporte”.

Más aún, la convocatoria ha sido ocasión de reflexión autocrítica, de llamamiento a la propia comunidad científica para una asunción de la responsabilidad ética que conlleva la investigación, la innovación y la enseñanza en el campo de la química. Como afirma Irina Bokova, Directora General de UNESCO, “El desarrollo responsable y el uso racional de la química son condiciones esenciales para afrontar los desafíos del mundo actual: cómo alimentar a una población que aumenta a cada año, cómo mejorar su salud y cómo desarrollarse de manera sostenible. El Año Internacional de la Química debe brindarnos una oportunidad para reflexionar profundamente sobre estos temas”, y añade: “Tenemos que volver a aprender a utilizar de manera responsable las inmensas posibilidades que nos ofrece la química con el objetivo de conservar y cambiar la vida por el bien común”.

Como vemos, las diferencias entre el Año Internacional de la Física (2005) y el de la Química (2011) reflejan una notable evolución de la comunidad científica en lo que se refiere a la atención concedida a la situación de emergencia planetaria. Una evolución que se refleja en todas las propuestas de Química Verde como contribución a un desarrollo auténticamente sostenible, a una Economía Verde, que Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas, ha calificado como “La gran máquina de empleos verdes” que es necesario y posible impulsar.

Nada nos autoriza, pues, a seguir afirmando “no sirve de nada, no se puede hacer nada”. Muy al contrario, una mínima perspectiva nos muestra la validez de un activismo fundamentado y la necesidad de proseguir los esfuerzos como científicos, educadores y ciudadanos. El “Año Internacional de la Química” merece incorporar el calificativo de “Verde”. Y merece culminar, el próximo diciembre, con la firma en Durban del protocolo para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero prefigurado ya en Cancún. Si rompemos con ignorancias e indiferencias (“no pasa nada”) y con desánimos (“no sirve de nada”) entre todos podremos lograrlo.

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Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 61, 24 de febrero de 2011
http://www.oei.es/decada/boletin061.php