lunes, 16 de junio de 2008

El Chocolate de los abuelos

El Chocolate de los abuelos
Miércoles 11 de junio, 3:00 p.m.
Restaurante de la IESE.



De acuerdo a la programación establecida desde las tres de la tarde del miércoles 11 de junio empezaron a llegar abuelas (no abuelos) a la institución educativa.

Con la rigurosidad que encarnan los años fueron ocupando puesto en el espacio dispuesto para esta actividad que se fortalece y consolidad dentro del Encuentro Nacional de Artes.

Ermilda desde un principio compartió su capacidad de liderazgo. Alrededor suyo se sentaron otras abuelas que parecieran haber depositado en la matrona la responsabilidad de hablar por ellas. Claro que sin asentimiento alguno.

Con la espontaneidad característica de esta edad, cuando no hay mucho que perder porque de pronto se ha perdido todo o casi todo, se habló desde el momento de ingresar al recinto. Que esto es bueno porque podemos hablar. Porque es que la palabra se ha ido perdiendo. Ya nosotros casi no conversamos como lo hacíamos antes. Había que ver en aquellos tiempos en que alrededor del fogón o del oficio se hablaba. Muchas cosas se hacían desde la palabra.

Así, se hizo una pequeña pausa para reafirmar el propósito del conversatorio y saludar a quienes se incorporaban en los últimos minutos. Y de alguna forma ordenar la agenda.

Escuchamos las historias acerca del corregimiento y preponderantemente el papel que ha jugado el silletero en la generación de cultura.

Sobre el particular la conversación recorrió un buen trecho en el intento de clarificar si la evolución que ha ido teniendo la silleta al volverse emblemática, aumentar de tamaño y consecuencialmente de peso, y empezar a transportarse en mecanismos sobre rodachines que han reemplazado la espalda de los curtidos silleteros, está desdibujando la tradición que se resume en el slogan “Cuando pasa un silletero, es Antioquia la que pasa”

La conclusión que pareció quedar entre los conversadores es que la carga que hace el silletero es el complemento inseparable de la elaboración artística de la silleta.

En la parte final la conversación giró en torno a la educación y las buenas costumbres.

En la tecnología que llegó y sin pedir permiso se instaló en los hogares y en la escuela y que a decir de las abuelas ha ido desmejorando el perfil de los niños y jóvenes que hoy en día no quieren saber de oficios por estar abstraídos en sus vacías rutinas de los juegos y ocupaciones tecnológicas.

Pero tal vez lo más importante fue el aporte propuesto por las abuelas: taller de silletas dirigido a niños y jóvenes para comprometer a las nuevas generaciones con la conservación de la cultura y la tradición.

Se amplía esta propuesta en el sentido que la convocatoria se haga extensiva a las diferentes regiones del país y dentro del marco de 10° Encuentro Nacional de Artes.

Estas anotaciones formarán parte de las memorias del 9° Encuentro Nacional de Artes con el propósito de que se conviertan en recomendaciones y proyección en programas y proyectos de la ANDE que realizaría interesante aporte a la educación de nuestro país.