domingo, 4 de marzo de 2012

"Venecia"




Cuatro de la mañana,
es noviembre y hace frio,
camino sin rumbo fijo.
Las calles de Venecia
congelan la madrugada
detienen el tiempo.
En la estación de góndolas
me detengo, miro las aguas
quietas, busco un cigarrillo,
Ya van cien cartuchos
asesinos, pero eso poco importa.

Aun espero su llegada,
como gárgola petrificada,
dejare pasar la madrugada
y tantas otras mañanas.
Quizás no quiera aceptar
que jamás veré tu silueta
danzando por la calle,
tal vez ella no llegue
¿Me habré  equivocado de ciudad?

 
Mil kilómetros por el mar
para saber que no vendrás.
Venecia está de fiesta,
consuela mi dolor
el gusto por el color,
unos cientos bailan
en la luna de Baglioni.
De pronto la noche
toma forma de mujer,
no era a quien esperaba,
pero su pelo negro danzaba
a la luz del amanecer
y la lujuria de mi mirada.
Su máscara dorada
me sonríe,
mis ojos extasiados
se embriagan con sus pasos.
 
El corazón me dice,
la noche no está para penurias,
se quita la mascara
me gesticula un cigarrillo
en su boca,
no hablamos el mismo
idioma,
pero los detalles poco importan.
Su sonrisa,
es una obra de Da Vinci,
su pelo entre mis dedos
bailamos un vals de Vivaldi,
mientras amanece en el gran canal,
un beso de mañana.
Ella y su máscara dorada
se pierden por el puente
yo me quedo ahí
pensando en volver
después de todo ella no vendrá...