Hoy he decidido rasgar la tela
que cubre mi cuerpo,
desangrar las venas,
para saber si aun siento.
Me concentro en el dolor,
no hay nada mas sincero
que sufrir de verdad.
Agujero, se ha vuelto el corazón;
Ancestral sufrimiento
la presencia de los muertos,
que vagan por el castillo.
Se vuelven espectros,
que arrastran pesadas cadenas
como yo arrastro su recuerdo.
¿Qué extraño he llegado a ser?
¿En qué me he convertido?
Si, ya se lo que piensas tú,
querido amigo.
Mi reflejo aun no viaja al olvido,
pero no sabes tú,
que todo lo ha amado a partido,
alegría funeraria será mi legado.
Podría darte todo lo que he ganado,
dejar en tus manos, mi imperio
de amargura.
Para que te decepciones de la vida,
para que sufras hasta la agonía...
Llevo en mi cabeza una corona de espinas,
como un rey de fantasía,
sentado estoy en un trono de mentiras.
Con cofres de tesoros,
ahíto de corazones rotos,
que ningún edicto real, volverá a reparar.
Bajo el manto frío de la muerte,
los sentimientos solo son sueños.
Un rey o un cualquiera
se pudren bajo tierra.
Algunos dicen que la muerte
es comenzar de nuevo.
Pero si fuera ayer o mañana
o estuviera a un millón de kilómetros
en medio de la nada,
seguiría siendo el mismo,
un rey con corona de espinas,
en un castillo de fantasía
sentado en su trono de mentiras...
