miércoles, 8 de octubre de 2014

Inflexión antes de morir



La vida es un río de aguas turbias y calmas, que cada cierto tiempo recala en puertos de misterios, de ahí se puede asumir que cada tanto navegar, debemos enfrentarnos a cerrar ciclos y comenzar de nuevo. En estas horas postreras en que la muerte espera pacientemente, que se consuman los pocos minutos que quedan de una vida que fue tan intensa como mi carácter o mi rebeldia.

A estas alturas de la ruta, con más años que experiencia, con más días de verano que de invierno, he logrado descifrar los codigos de mi propia existencia.

Mi vida fue la aventura que emprendi, para experimentar la realidad de lo físico, el guion de una obra pre-diseñada, con un rol pre-establecido.

Las acciones de otros nunca me ha afectado, como tampoco sus indesiciones, todo ha sido parte de una necesidad de experiencia y evolucion, fueron vacaciones espirituales.

Nunca pense en disfrutar de placeres banales, aunque adimito que una que otra vez me he salido del camino, pero lo que el mundo ha visto como un ser amargado, ha sido un pensamiento buscando el perfeccionamiento, es dificil de lograr, lo importante es lo que se aprende en el intento.

Muchos han construido una vida material basada en decisiones del momento y expectativas de un tiempo que aun no llega, que quizas nunca llegara. Olvidamos en esa vorágine de vivir momentos, que los cimientos están diseñados por nuestra esencia espiritual, la felicidad no es un placer palpable, es un ser y hacer de nosotros como seres virtuosos, pero conocedores de nuestros defectos.

La felicidad es el mejoramiento continuo de nuestra esencia espiritual, traducidas en obra, mas alla de la existencia material. Soñar en un mundo posible, ver por la noche las estrellas, con o sin compañía, ya la acción en si misma tiene un valor de existir, saber que podemos amar y que nos han amado con intensidad, pero la eternidad no existe y nunca el amor nos será propiedad exclusiva.
La felicidad simplemente radica en dar desde el centro del corazón (o del centro del amor), sin esperar nada más sin tener propiedad sobre alguien más, sin manipular al mundo simplemente es vivir y dejar vivir ….