sábado, 13 de abril de 2013

"El Cortejo"






Una noche cuando de tanto beber
yo moría,
vi. pasar un cortejo fúnebre,
una carroza color plata
que brillaba bajo la luz de la luna,
haciendo su viaje en medio del desierto.

Trompetas de bronce eran acompañamiento,
en negras alas, la caravana  cumplía su trayecto
a un punto incierto en medio de la noche
para dejar a sus muertos, descansar por la mañana.

Rompí la pereza que impone la borrachera
y en un tambaleante sigilo, seguí sus huellas,
de pronto se detuvo, a la hora de la vigilia,
para que en silencio los deudos
sepultaran a sus muertos.

Generosa fue la noche con las mujeres de negro
y en un luto de silencio, lo mortal se volvió eterno.
Una esfinge de de tierra y sal, con mirada mineral,
me dio un gesto de sosiego,
la muerte no es el final.